Salón pequeño con chimenea empotrada con marco de acero. Sofá pequeño y chaise longue de tonos grises oscuros. Sillón clásico pequeño. Alfombra de textura color blanca. Revestimiento de piedra en esquina. Estantes y mueble de tonos dorados. Televisor plano clavado a la pared. Mesa central moderna. Lámpara de pie. Suelo de parquet.
Los salones son uno de los lugares de nuestro hogar donde pasamos más tiempo y donde intentamos relajarnos y pasar un buen rato. Además, es el sitio donde estaremos con nuestros invitados en caso de que tengamos visita y nuestro objetivo será causarles una buena impresión y que se sientan cómodos y a gusto con nosotros. Lo normal es que nuestro salón cuente con sofás y/o butacas, una mesa de una altura baja y un televisor. A parte de estos elementos es importante que utilicemos otros elementos decorativos como cuadros, alfombras, espejos y lámparas. La decoración de estilo clásico se singulariza por emplear líneas y figuras sofisticadas y finas. Otra de sus características es su gran elegancia. Los materiales utilizados en el estilo clásico son siempre nobles y de altas prestaciones. Utilizan los adornos en pràcticamente todas sus partes y carecen de líneas rectas. Aunque por norma general no se suele combinar con otros estilos, también se puede encontrar junto con elementos modernos creando un espacio clásico-moderno.
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