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Dormitorio de estilo rústico con suelo de parquet de madera oscura, cama, mueble y techo de madera de color más claro con pared revestida de piedra y cortinas de cuadros de tonos marrones. Predominio del color marrón y de la madera. Radiador clásico blanco a suelo. Lámpara de techo central de tipo araña.

Los dormitorios son el espacio en donde descansamos y donde, mayoritariamente, pasamos las horas de la noche. Por ello siguen normas diferentes que el resto de estancias donde pasamos tiempo de día o donde recibimos a nuestros visitantes. No es inapelable que nuestra habitación tenga tanta luz natural como otros cuartos y si nos encontramos en una gran urbe, puede ser más interesante que comunique con el patio interior para evitar el ruido y tener un sueño más placentero.

La luz artificial en la habitación es básica ya que es mejor que no sea en exceso fuerte y debemos evitar que apunte hacia la cama para que no nos deslumbre mucho al levantarnos. Las lámparas de noche aportarán una gran ventaja, fundamentalmente si compartimos la habitación con nuestra pareja.

Otro punto a estimar son las cortinas, que además de vestir el dormitorio deben ser adecuadamente opacas para que la luz de fuera no entre demasiado.

El propósito del estilo rústico en interiorismo es alcanzar una atmósfera relajada, jovial y tradicional, muy centrado en la naturaleza. El estilo rústico emerge en lugares alejados de las ciudades e incorpora tonos cálidos y materiales de la propia naturaleza. Este es el look clásico de las casas de campo que, a pesar de haber marchado a grandes ciudades, nos gusta llevar con nosotros. Los colores típicos de este estilo son de tipo cálido y neutro. Abundan los colores beige, arena, tierra, y piedra, típicos colores de componentes inorgánicos naturales, gracias a que en el campo todo se crea con los materiales que tenemos acceso en lugares próximos a nuestra casa. Los colores mencionados se pueden utilizar tanto en mobiliario, como en paredes, suelos y elementos decorativos sencillos.