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Dormitorio pequeño de estilo nórdico con suelo y muebles de madera de diferentes tonalidades. Decoración mediante plantas y paredes y techos de color blanco. Sábanas sencillas con colores rosas y celestes.

Los dormitorios son el lugar donde descansamos y donde, asiduamente, nos encontramos por la noche. Es por ello que se rigen por reglas distintas que otras estancias en las que pasamos tiempo de día o donde recibimos a nuestros visitantes. No es imprescindible que nuestra habitación tenga tanta luz natural como otras estancias y si nos encontramos en una gran ciudad, puede ser más interesante que comunique con el patio interior para evitar el ruido y tener un sueño más plácido.

La iluminación artificial en el dormitorio es fundamental ya que es mejor que no sea en exceso fuerte y debemos eludir que dirija hacia la cama para que no nos deslumbre en exceso cuando nos despertamos. Las lámparas individuales aportarán un gran provecho, especialmente si dormimos con nuestra pareja.

Un asunto más a tener en cuenta son las cortinas, que además de vestir la habitación deben ser adecuadamente opacas para que la luz solar no penetre demasiado.

El estilo nórdico en interiorismo es aquél que utiliza componentes específicos de regiones del norte de Europa como Noruega, Dinamarca, Finlandia, Suecia. Esos territorios del norte se personifican por sus largos inviernos y con apenas luz solar. Las lineas rectas y simples junto con los colores luminosos y claros son ampliamente utilizados. Asimismo las estancias que sobresalen son diáfanas y la decoración mínimamente sobrecargada. Vemos piezas de calefacción como chimeneas de leña y radiadores de agua. Los suelos de parquet de color claro y los muebles y paredes blancas predominan en este estilo para luchar contra la falta de luz solar.