Bodega rústica con botelleros de madera y pared de piedra. Suelo de baldosa en tonos naranja y negro. Zona de cata con barril.
El fin del estilo rústico en interiorismo es conseguir un espacio desenfadado, espontáneo y tradicional, cons su esencia en la naturaleza. El estilo rústico emerge en zonas alejadas de la ciudad e incluye colores cálidos y materiales de la naturaleza. Este es el look típico de las casas rurales que, a pesar de haber marchado a mayores ciudades, intentamos traer con nosotros. Los tonos más populares de este estilo son de tipo cálido y neutro. Proliferan los colores beige, arena, tierra, y piedra, típicos colores de elementos inorgánicos naturales, ya que en el campo cada elemento se construye con los materiales alcanzables cerca de la casa. Los colores mencionados se pueden utilizar tanto en muebles, como en paredes, suelos y elementos decorativos sencillos.
La bodega es la zona dedicada al depósito de vinos, y es necesario que posea una climatización vigilada con la intención de conservar las singularidades del vino estables. Habitualmente se suele encontrar en la zona baja de la vivienda, y pueden ser desde habitaciones pequeñas donde alojar botellas hasta espaciosas estancias con áreas para la cata.
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