Septiembre llega despidiéndose del verano, con una esperada bajada de las temperaturas y una vuelta a la normalidad. Los niños al cole y los mayores a la oficina y a la rutina diaria. Esta suerte de ‘volver a empezar’ es además el momento ideal para acometer ciertas mejoras y reformas en casa. Las ventajas de llevar a cabo estos trabajos con la llegada del Otoño son evidentes: en primer lugar, nos ahorramos los sofocos de la temporada estival; el otro motivo es que aún tenemos suficientes horas de sol para sacarle todo el partido a la jornada laboral.
Estos dos motivos son comunes para cualquier tipo de actividades que queramos hacer en la vivienda, pero si además lo que queremos es pintar las paredes, los motivos son más numerosos y con una base lógica que no deja lugar a los ‘peros’. Toma nota pues de los cinco motivos por los que el Otoño es el momento perfecto para pintar nuestra vivienda:
– Condiciones climatológicas: ni excesivo calor… ni frío polar. Ambos extremos son muy negativos para dar unas manos de pintura a las casas. En el caso de las altas temperaturas, estas aceleran el secado de la pintura, generando problemas como el surgimiento de ampollas. En cuanto al frío, ralentiza muchísimo el secamiento de la pintura, por lo que alarga en exceso estos trabajos. En los casos en los que se va a pintar el exterior de inmuebles o edificios, la lluvia puede hacer acto de presencia y convertir en pesadilla esta supuesta mejora de la apariencia de las fachadas.
– Humedad en el ambiente: muy ligado al punto anterior está la humedad. El invierno y la primavera suelen ser las estaciones del año que más humedad registra el entorno. De ahí que septiembre, octubre e incluso comienzos de noviembre se presenten como fechas ideales para estos menesteres. Es importante saber que, en general, se recomiendan entre 10º y 30º C y una humedad relativa del aire que no supere el 80%.
– Jornada de trabajo: el verano permite rascar horas al día, en teoría. Realmente, al tener temperaturas más altas hace bastante más complicado realizar cualquier tipo de reforma. Por el contrario, en invierno las jornadas son mucho más breves y esto hace que los proyectos se ralenticen demasiado. De ahí que la entrada del Otoño, con días aún con bastantes horas de sol, sea el momento más apropiado para ser más productivos.
– Precios más competitivos: en verano todo parece quedar en ‘stand by’. De ahí que en septiembre empresas y profesionales se esfuercen por retomar su actividad y conseguir el máximo número de encargos posibles. Esto va a redundar a los precios que se oferten a los clientes, en este caso, personas que están mirando presupuestos para pintar la casa. Teniendo en cuenta, además, que ya queda menos para finalizar el ejercicio 2013, seguro que las promociones y descuentos serán aún más interesantes.
– Componente emocional: como comenzábamos diciendo en el post, septiembre es el mes ideal para replantearse retos. Estos traen alegría, confianza y nos hace más activos, por lo que acometer reformas y mejoras en nuestra vivienda va a reforzar ese espíritu de superación y fuerza para llevar la nueva estación y el largo Invierno con más iniciativa.